Ney Barrionuevo fue entrevistado en Radio Visión sobre la situación del país y en su análisis recalcó que el problema de fondo, más allá de los interese políticos en disputa, es el crecimiento de la pobreza rural. Aparte de la necesidad de dialogar y de volver a la tranquilidad y al trabajo, es imprescindible combatir la pobreza rural y la desigualdad entre el campo y la ciudad.
Transcripción del audio de la entrevista en Radio Visión:
La ruralidad no tiene el agua potable y saneamiento que sí tenemos en la ciudad, si no hay agua potable y saneamiento los niños se enferman, la desnutrición galopa es otro de los grandes problemas.
Es una vergüenza que tengamos más de 40, 50, 60% de desnutrición infantil crónica en las comunidades rurales mientras aquí nuestros mercados están recontra abastecidos.
La gente pasa hambre, sobre todo nuestros niños.
También el estado de desatención de las carreteras rurales, usted va por la Panamericana Diego, tres carriles parece autopista del primer mundo, sale 5 minutos de la Panamericana y usted está en el África.
Cuando yo digo nosotros, es un foro donde van líderes de diversos sectores, Costa, Sierra, productores, agroindustriales, exportadores, académicos, ONGs, etc.
Primero reconocer el problema, segundo devolver al Ministerio de Agricultura presupuesto para que el Ministerio Agricultura pueda atender, no basta la buena voluntad de un ministro sano como Xavier Lazo, se necesita recursos para ir resolviendo los problemas del campo.
Segundo, un programa que involucra al sector privado, a las empresas agroindustriales, agroexportadoras, a los supermercados en un mecanismo que se llama negocios inclusivos donde gana el pequeño productor y gane la empresa, donde se puedan establecer buenos contratos de comercialización con asistencia técnica, con crédito, con desarrollo de capacidades en los sectores productivos, un programa de apoyo al emprendimiento de los jóvenes rurales que ni siquiera tienen ya tierra.
Diego, jóvenes rurales que quieren emprender en cuestiones agrícolas, pecuarias, forestales, pero también en otros negocios rurales no agrícolas y que tienen derecho a que si quieren seguir en el campo lo hagan, pero levantando un proyecto de vida para que puedan tener familias que prosperen y no solamente estar replicando la pobreza de sus tatarabuelos, abuelos y padres, que ser habitante del campo es como tener un karma de ser pobre por los siglos de los siglos.
Un programa de diversificación de cultivos, si ya vemos que no somos competitivos en un cultivo en determinadas zonas como puede ser el arroz, cómo puede ser el maíz en otras zonas, como puede ser la ganadería de leche en otras zonas, por qué no pensar en diversificarnos hacia otros rubros con mercados de exportación para que no solamente se genere trabajo e ingresos para los productores y sino más divisas para esta economía dolarizada en la que vivimos.
Por qué no pensamos en impulsar un programa de turismo rural Diego, para que la clase media urbana de Quito y Guayaquil no vaya sólo la playa, visite el paisaje rural, de que consuma la economía de esos territorios rurales con identidad cultural territorial.
El racismo no lo vamos a combatir con más racismo, necesitamos paz, tranquilidad, necesitamos diálogos, necesitamos por ejemplo, una iniciativa por la cual el campo visite a la ciudad.
Una gran feria en Quito, en Guayaquil dónde pueden venir los agricultores, pero no a poner la comida en el piso como en las ferias de ahora, sino en stands bien puestos, tratar a la gente bien como se merece.
No por el hecho del ser del campo hay que menospreciar a las personas, y además donde ellos puedan mostrar sus productos y venderlos directamente al consumidor y mostrar también sus manifestaciones culturales, folklóricas, artesanales, hacer promociones.
Aplaudo este espíritu de diálogo y concordia.