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El agro es tan importante como el petróleo


En el artículo de Expreso, Ney Barrionuevo destaca la importancia que el nuevo gobierno le debe dar al agro, equivalente a la que se le otorga al petróleo para contribuir a la salida de la crisis económica y social.


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Nuevo normal para la política agropecuaria


Mejorar la tecnología, el crédito y la infraestructura es vital. La acción de Agricultura debe ser coordinada con los municipios.


Los problemas estructurales del agro y la alimentación se han agravado con la pandemia, si antes de la misma la pobreza rural era del 42 %, se estima que en la actualidad sea alrededor del 50 %. Con la escasez de ofertas clave para mejorar la falta de productividad y en concordancia con ello del escaso nivel tecnológico, educación y acceso a servicios básicos, los campesinos solo esperan que en la práctica el nuevo Gobierno se fije en esos temas.“La desnutrición crónica infantil que antes era del 24 % ahora debe ser muy superior, porque los ingresos en las familias se han reducido en un 22 % en promedio, como consecuencia del desempleo y la caída de la actividad económica (-8,9 % del Producto Interno Bruto)”, señala Ney Barrionuevo, director del grupo Diálogo Rural (GDR).


Sin embargo, “el agro ha mostrado una gran capacidad de resiliencia, no paró durante la pandemia, los mercados estuvieron abastecidos de alimentos y la agroexportación muestra en general datos positivos en rubros clave como banano y cacao, aunque otros como flores y brócoli acusaron el golpe de la pandemia”. El nuevo Gobierno que salga de las urnas le debe otorgar una importancia estratégica al agro, equivalente a la que tiene el petróleo, señala. Y con ese criterio ha coincidido Líder Mera, productor de maíz de Balzar. Agrega que debe haber una coordinación del Gobierno central a través del Ministerio de Agricultura, con municipios y prefecturas para mejorar la infraestructura y otros aspectos, como capacitación, ya que los gobiernos seccionales tienen mejor conocimiento del entorno. “El agro, a pesar de la crisis, garantiza la seguridad alimentaria, aporta con el 8 % del PIB, con el 29 % de la PEA (población económicamente activa), tiene balanza comercial positiva y con políticas públicas adecuadas se puede convertir en un motor para la salida de la crisis, generando empleo y divisas”, dice Barrionuevo. “El crédito debe complementarse con tecnología compatible a la realidad”. “Las propuestas de los candidatos a la presidencia de la República en relación a la agricultura y la agroindustria son muy deficientes y con poco impulso para reactivar realmente a nuestros sectores".


Todos hablan que somos un país eminentemente agrícola, pero sus planes o propuestas son muy pobres”, resalta el gerente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafé), Pablo Pinoargote. Considera que la propuesta de dar 1.000 millones de dólares a 1% puede ser viable siempre y cuando se considere que esos tipos de créditos en el mundo financiero son casi inexistentes; es decir se los debe considerar como una parte del costo financiero del crédito, como un subsidio con relación al impacto que puede tener en lo social, en generación de fuentes de empleo o generación de divisas. Solo así podría ser atractivo y viable. “Estados Unidos con toda su infraestructura eficiente y tecnología moderna, igual subsidia al agro para ser competitivo con el mundo”. El crédito es muy importante, pero no lo es todo.


Según Pinoargote debe ir complementado en línea con la tendencia tecnológica compatible con nuestra realidad, “es decir con las condiciones sociales y climáticas de nuestro país, de nuestros productores”.El café, por ejemplo, basado en la experiencia de Anecafé, y con todo lo que ha sucedido en el sector cafetalero en los últimos 15 años (dentro de los cuales hay aproximadamente más de 9 años de una caída vertiginosa de las exportaciones) necesita de responsabilidad en el manejo de la reactivación del sector privado, es decir, transferir la responsabilidad a los interesados y que conocen la realidad de lo que se debe hacer. “Eso es lo que hemos demostrado nosotros como sector privado con nuestros eventos y programas de competitividad en calidad como se denomina al concurso Taza Dorada en las variedades arábica y robusta, los mismos que han logrado posicionar el café del Ecuador en el mapa mundial de los cafés especiales. Hemos sentado las bases de una nueva caficultura en el país”. Y eso no solo es factible en cacao, sino en café, donde hay también experiencia de asociatividad y desarrollo tecnológico con Anecacao (exportadores de cacao) y Aprocafa.“No es posible que luego de que los programas de café que han estado bajo la responsabilidad del gobierno nacional por más de 8 años y haber invertido más de 100 millones, dichos recursos no llegaron como a los productores, a la transferencia de tecnología, acompañamiento técnico”, anota Pinoargote.Hoy en día tenemos menos café que hace 10 años, cuando el Ecuador se estimaba producía 650 mil sacos; en la actualidad la producción aproximada es de 250 mil sacos.


Fuente: Expreso

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